lunes, 30 de mayo de 2016

Profecías narrativas

Las novelas hacen mal de profecías, no obedecen las normas: aquello que es más fraudulento, más "ficticio", es lo que se acaba haciendo realidad. Halagamos la elegancia de nuestra imaginación con nuestra conducta posterior".

Iain Sinclair
Ciudad de las desapariciones

El estilo

No es posible hacer nada para conseguir un estilo. Pues el estilo no lo tienes, sino que lo eres. Está impreso allí, en la ingeniería de las vértebras de tu columna vertebral, en la dinámica de los fluidos de tu cuerpo, en el destello de luz en tu pupila aterciopelada. En el entendimiento de tu mente, que avanza cuando el universo avanza y se retrae cuando el universo se retrae.

Mircea Cărtărescu

martes, 24 de mayo de 2016

Aprender

Aprender era un placer intenso. Aprender equivalía a nacer. Se tenga la edad que se tenga, el cuerpo experimenta entonces una especie de expansión. 
De repente la sangre fluye mejor en el cerebro, detrás de los ojos, en las yemas de los dedos, en la parte superior del torso, en la parte baja del vientre, en todas partes. 
El universo se dilata: de pronto se abre una puerta donde no había puerta alguna y el cuerpo se abre con esa misma puerta. 
El cuerpo antiguo se convierte en otro cuerpo. Un país desconocido se extiende o avanza a toda velocidad y crecemos con lo que crece. Todo lo conocido cobra un nuevo sentido, atrae una nueva luz, y todo lo que hemos abandonado regresa de repente a la nueva tierra con un nuevo relieve todavía inexpresable, porque no era posible preverlo. 
Esta metamorfosis se describe en todos los héroes de todos los cuentos antiguos, y quizá sea eso lo que suscita cada tres o cuatro noches la irresistible atracción que la lectura de uno de esos pequeños mitos tiene para mí: tanto en la lectura del cuento como en el propio cuento se liberan ciertas fuerzas. Unas pocas palabras susurradas por hadas o animales se convierten en poderosos gestos o miradas semánticos. Esas palabras casi se convierten en manos que inventan realmente a su presa, inventando a su vez una aprehensión completamente nueva: un bastón, un arco, un lazo, un ladrillo, una fronda, una barca, un caballo. 
Las nuevas armas, inventando sus nuevas presas, engendran nuevas astucias, dan lugar a nuevos cazadores. 
Desafíos que no conciernen a nadie se descubren de pronto en el azar de una consecuencia que no habíamos buscado. Eso es aprender. Caen las barreras y, al caer, desaparecen las distancias. Eso es aprender. La oscuridad del bosque se desvanece. Aumenta el recorrido del viaje. 
No hay que enseñar a quien no siente alegría al aprender. 
Apasionarse por lo que es otro, amar, aprender, es lo mismo.

Pascal Quignard

Vida Secreta